Voy a contar por días;se supone que podemos medir el tiempo aun.
Bien,voy a pensar en días.
Digamos: Hace catorce días que te internaron,agonizaste con una fuerza que nos hizo temblar,vimos como le mostrabas tus dientes a la muerte,como tu cara cambiaba,como te hacías cuerpo en las voces de todos, No hay esperanza. Hoy la veo mejor .Ya me despedí. Tengo rabia. Quiero a mi amiga.
Hasta en esos momentos la Marisa que conocí,no dejo de ser.
Hasta hace dos días,que se termino todo ¿Se termino todo? No. Se termino la espera de lo incierto,la espera de tu familia hora tras hora en ese hospital. Una espera en donde nadie mas que vos podía pelear.
Catorce días y no podemos medir el tiempo un carajo. Días o años? No hay ninguna diferencia.
Creemos contener todo,explicar todo desde el amor hasta la muerte,hablamos tanto,tanto! No sabemos nada,estamos tan desnudos.
El dolor es tan insoportable que las pisadas de todos los seres de este mundo,hacen ruido,hacen temblar el hueco en donde me creo segura, en el que quiero encerrarme a llorarte hasta vaciarme,gritar , romper, ir a buscarte a tu casa y volver, caminar, escribir, no hacer nada,dormir, pensarte, idear un mecanismo donde detener tu voz en mi memoria.
Tener miedo,tener mucho miedo de que el tiempo suavice los recuerdos, ser muy egoísta, no hablar o hablar poco y nada, quedarme sola con el dolor y finalmente aceptar y seguir.
Ahora,justamente ahora, me parece injusto que el mundo siga.
Me parece que te gustaría ver este sol de fines de abril,que podríamos estar tomando mates y hablando de la fragilidad de la vida con tanta seguridad como lo hacíamos antes.
Necesito volver a poner mis manos sobre algo seguro. Creerme dueña de mi tiempo,creer inocentemente en la inmortalidad de los que amo.
Lo mas terrible es que en todos estos años deje de creer en el cielo que me inculcaron cuando iba a la escuela. Creí en otro,quizás mas cercano al mundo en el que me internaba en mi infancia,un cielo que eran los pozos llenos de agua y barro,donde juguetes rescatados de algún lugar nadaban felices. Donde los viejos que se iban muriendo venían a hablarme y yo no tenia miedo.
En ese otro cielo,no precisabas morir para llegar,tampoco había que ser tan bueno,yo mentía y entraba igual. Era tan distinto del que nos pedían que creyéramos.
Seria mejor que volviera a creer en el que si todo salia bien,no mentías,ibas a misa,cada tanto donabas algo y respetabas los mandamientos, llegabas a un cielo,y ahí a medida que iban llegando se encontraban todos (Los que se habían portado bien,los que habían hecho las cosas como se pedía que se hicieran).
Seria mejor,porque todo tendría una explicación,yo estaría segura de volver a verte y la verdad es que no seria necesario escribirte nada,porque seria seguro que volveríamos a encontrarnos para ponernos al día.
Pero ya no creo en ese cielo. Hasta me molesta un poco la palabra Cielo.
Y sin llegar a ser una escéptica,digo que creo en pequeños movimientos.
Desde algún sitio pasado o presente,como un océano incansable,vas acercándote con el oleaje,con un movimiento suave y ancestral.Vas aprendiendo,nos vas observando como nos ordenamos sin mucho sentido.
Mientras escribo esto,creo que estas trayendo caracoles a la orilla,con pequeños,mínimos movimientos.